lunes, 19 de mayo de 2014

El color de la magia

Título original: The Colour of Magic
Autor: Terry Pratchett
Editorial: DeBolsillo
Año de publicación: 1983
Número de páginas: 288
Género: Fantasía, humor, Ciencia Ficción


Rincewind trató de cerrar los ojos, pero la imaginación tenía párpados, y la muy maldita siguió mirando fijamente


Este libro representa para mí una relectura, pero no una relectura cualquiera sino una de algo que amo demasiado. Mi saga favorita inicia con este libro.

“consiguió florecer de nuevo” Nos encontramos hablando de Ankh-Morpork la ciudad más grande del disco y me queda tanto esas cuatro palabras porque la definen de una manera total. Yo le agregaría “como la mala hierba” y sé que es muy probable que Pratchett aceptara ese añadido para definirla. Es una ciudad impresionante un digno caso de estudio sociológico. Los bufones del mundo deberían estudiar a los bufones de Ankh Morpork, los mercaderes del mundo deberían estudiar a los mercadores de Ankh Morpork y eso podríamos decir con todos y cada uno de los oficios. Y en especial, y esto va muy en serio, los políticos deberían mirar e imitar al Patricio. Lord Vetinari es mi ídolo.

Y es que Terry Pratchett a través de sus personajes nos hace un retrato muy fiel de la sociedad. Sí, somos tal y cual es este mundo fantástico. Y no es que nosotros seamos fantásticos, que ni usamos magia como los miembros de la Universidad Invisible y ni tendremos gobernantes como el Patricio. Pero la manera en que parodia Pratchett todo lo que conocemos, leyeron bien TODO, hace que no dudemos en ningún momento que tal o cual personaje es el vivo retrato del vecino de al lado.

En la introducción del libro estaba la siguiente frase para definir a este autor tan querido “personalismo y corrosivo sentido de la comicidad de un autor inglés” es que esa frase abarca todo lo que podríamos decir del autor y de su obra. Es tan él, tan único e inigualable y su humor es tan característico que no necesita en ningún momento en caer en la vulgaridad o en la estupidez que cae muchas veces, ahora más que nunca, el humor. Es un humor inteligente, un humor elegante, digno de un caballero inglés como él lo es. Y que es caballero con todas las de la ley, cono escudo y espada incluidos, pero ese no es el tema.

Algo que se puede decir de esta saga es que nunca cansa, que nuestro caballero podría escribir cien libros y por los cien me sentaría a leer ya que es inevitable. Y su talento, creatividad y humor parecen que se niegan a escasear. También es un buen comienzo, una manera muy buena de arrancar suave, digerible y lo más importante de todo con tanto material potencial que el autor ha sabido explotar con el paso de todos estos años. Aún se encuentran en sus libros referencias a este primero, y no referencias obvias como sucede con los desesperados que no saben cómo dar continuidad a sus sagas. Sino de una manera tan sutil y elegante que sólo encuentras las conexiones cuando te quedas digiriendo la historia. 

“Cuando pienso que puedo morir sin haber visto ni una centésima parte de lo que existe, me siento…” 
Dosflores


No hay comentarios:

Publicar un comentario